Auditorio Francisco Flores

“Una silueta imponente que guarda secretos y promesas de nuevas historias por descubrir”

Andrés y Jaime regresan a casa después de un agotador día de trabajo en su taller automotriz el 17 de noviembre de 2017. Han reparado aproximadamente 30 vehículos en los últimos 10 días para cumplir con un contrato crucial con una empresa automotriz; los plazos están ajustados para completar el objetivo en los primeros 15 días.

El sol comienza a ponerse en el horizonte y Andrés contempla el paisaje desde la ventana del autobús. Observa cómo el ganado pasta en las fincas, buscando esa pausa y tranquilidad que anhela. De repente, el entorno se transforma con la aparición de los edificios de la ciudad. En la distancia, destaca un edificio de ladrillo terracota con una plaza de entrada de adoquines rojizos, contrastando con las montañas que enmarcan el cuadro perfecto.

A medida que se acercan, Andrés nota cómo la luz y la sombra transforman la arquitectura tanto interna como externamente. Se voltea hacia Jaime y le pregunta si conoce ese edificio, a lo que Jaime confirma que es el nuevo Auditorio Francisco Flores de Sibaté , nombrado en honor a uno de los terratenientes de Sibaté, conocido por sus generosas donaciones de tierras para la comunidad, incluyendo el sitio donde se erigió el auditorio.

Andrés sugiere detenerse un momento para explorarlo y romper la rutina diaria al menos por un instante al final del día. Bajan del autobús frente a la plaza y la vista del auditorio, enmarcada por los cerros detrás de él, se expande ante ellos, con la luz del sol creando sombras largas en el suelo. Ese día hay un evento de comedia en su interior, una oportunidad perfecta para disfrutar de una tarde cultural y tomar un respiro.

Al entrar al auditorio, Andrés y Jaime admiran cómo el uso del ladrillo de gran formato crea juegos de luces y sombras. El lobby acristalado permite la entrada de luz natural y se integra visualmente con el entorno verde. Descubren que el edificio está dividido en tres componentes principales: el primero destinado a eventos culturales, el segundo que conecta con servicios y áreas de producción, y el tercero que alberga oficinas administrativas, la galería y cafetería.

Dentro del auditorio principal, experimentan una notable absorción acústica gracias al diseño geométrico y la selección de materiales, lo que mejora la experiencia de cualquier evento cultural. Se acomodan en sus asientos asignados y disfrutan de una tarde llena de risas, revitalizando su energía y renovando su motivación para enfrentar los desafíos con una actitud positiva y resiliente.

La noche avanza entre historias compartidas y aplausos, y al finalizar el evento, Andrés se queda unos momentos más en el auditorio.

Observa cómo las luces del escenario se desvanecen lentamente, dejando un eco de las risas y los aplausos en el aire. Reflexiona sobre cómo un lugar puede resonar con la historia y las emociones de quienes lo habitan y lo visitan.

Caminando hacia la salida, Andrés se detiene frente al mural que adorna una de las paredes del auditorio. Las figuras parecen cobrar vida bajo la tenue luz de las lámparas. Una pregunta se forma en su mente: ¿qué otras historias aguardan ser contadas en este espacio?

Con el corazón lleno de curiosidad y una sensación de conexión con algo más grande que él mismo, Andrés sale del auditorio con Jaime a su lado. Ambos saben que esta visita ha marcado un punto de inflexión en sus vidas, despertando una sed de exploración y descubrimiento.

El autobús los espera afuera, listo para llevarlos de regreso a casa. Mientras se alejan, el auditorio se perfila en el horizonte nocturno, una silueta imponente que guarda secretos y promesas de nuevas historias por descubrir.

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